La Leyenda de Silver Brumby: el cimarrón australiano

En nuestra sección de películas de caballos, hoy os vamos a hablar de una película bastante desconocida para el gran público: la Leyenda de Silver Brumby, una película protagonizada por un cimarrón australiano.

La película de la Leyenda de Silver Brumby

La Leyenda de Silver Brumby fue dirigida en 1993 por John Tatoulis, siendo una producción australiana que no llegó prácticamente a la gran pantalla en otros países, salvo en los círculos del cine independiente. Está protagonizada por Caroline Godall, Amiel Daemion y un entonces desconocido Russell Crowe.

leyenda silver brumby

La película de la Leyenda de Silver Brumby se basa en la historia de Elyne Mitchell, autora en la década de los años 50 de libros de ficción infantil con el título de “Silver Brumby”, muy famosos en Australia por aquella época.

La historia se centra en cómo Elyne Mitchell le cuenta a su hija la fábula de un cimarrón australiano, llamado Thowra, mientras escribe esos cuentos. Un caballo salvaje que nace un día tormentoso y que, desde el principio, tiene que mostrar su dominancia frente a su propio hermano.

Con el tiempo, Thowra se convierte en un gran semental blanco, probablemente considerado el más dominante de todos los “brumbies”. Esto llama la atención de un ganadero que pretende capturar al caballo.

russell crowe

Este hombre, protagonizado por Russel Crowe, hará todo lo posible con hacerse con ese ejemplar y convertirlo en un dócil caballo para sus intereses. Intentará atraerle gracias a una de sus yeguas, poner diversas trampas e incluso lo perseguirá.

¿Lo conseguirá? Si quieres saber cómo termina esta historia, ya sabes lo que tienes que hacer. Nosotros no te vamos a desgranar el final 😉

silver brumby pelicula

Brumby, el cimarrón que divide Australia

Como ya sabéis, el caballo destinado a protagonizar esta película es el “Brumby”, como se denomina a los cimarrones australianos. Un caballo tremendamente fuerte, gracias a su genética.

Origen del caballo Brumby

El cimarrón australiano procede del purasangre inglés, un caballo que se comenzó a importar en Australia a finales del siglo XVIII. El viaje que realizaban desde su Inglaterra natal, en barco, era tan duro y extremo que sólo los ejemplares más fuertes conseguían sobrevivir. Por eso, el cimarrón australiano es tan rocoso.

Su importación se comenzó a hacer más popular, al mismo tiempo que lo hacían las carreras de caballos. La población de los purasangre se incrementó de forma exponencial en muy poco tiempo.

Décadas más tarde, el abandono de muchos de estos caballos, al igual de otros que se escaparon, por parte de los ganaderos, hizo que se convirtieran en caballos salvajes.

La superpoblación posterior, debido a las mejoras tecnológicas en la agricultura y su abandono, hizo que en la actualidad exista un total de 400.000 cimarrones australianos por todo el país.

brumby cimarron australiano

El control de población, un problema en Australia

Los brumbies o cimarrones australianos, debido a la superpoblación y su carácter salvaje, han sido tema de debate en Australia durante mucho tiempo. Probablemente, desde mediados del siglo XIX, se ha puesto como objetivo el control poblacional del cimarrón australiano debido a su grave impacto medioambiental.

El desafío es tal que depende de la zona de Australia en la que te encuentres, estos caballos salvajes sean considerados alimañas o se crea que tiene que tener una figura especial de protección.

Si no conocías antes el origen del cimarrón australiano, probablemente os resulte una historia similar a la situación vivida en Estados Unidos con el caballo Mustang, de la que hablamos en este post sobre Océanos de Fuego.

Como veis, este caballo es todo un objeto de debate y eso que ha sido santo y seña de Australia durante los últimos dos siglos, dando lugar a historias tan entrañables e intensas como la Leyenda de Silver Brumby.

*Advertencia. El artículo de EquusLine.es muestra opiniones y recomendaciones del equipo profesional de Agroveco, no son diagnósticos. Para cada caso o problema particular, os recomendamos que contactéis con un profesional que haga el diagnóstico “in situ”.

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